Mi amigo Celestino compro un patito a sus hijas y este rápidamente fue el centro de atención de todos e incluso, uno más de la familia. El pato Paco, le pusieron ese original nombre, jugaba, comía y crecía. Pronto un rincón del salón fue un autentico comedero de patos y Paco un poderoso patoso que ponía toda la casa patas arriba.
Lo que había sido una feliz idea ahora era un tormento. Celestino deicidio llevar a Paco a su amigo carnicero, mejor eso que abandonarlo. Cuando el carnicero presento a Paco tieso y sin plumas, Celestino se deprimió, ahora era consciente de lo que había hecho, ¡si sus hijas lo vieran! Ver a Paco, como uno más, colgado de un gancho junto al resto de sus congéneres, le parecía una vileza.
Celestino imploró a su amigo que al menos diese un trato diferencial a Paco, durante casi un año había sido uno más de la familia y el amor de sus hijas. Después de darle muchas vueltas par ver cómo podían diferenciarlo, decidieron colocar a Paco en un lugar prominente del establecimiento, junto con un cartel que decía. “Pato Paco, criado con la mejor alimentación, ha crecido rodeado de amor y grandes cuidados”
Quizás, fue causalidad que Paco fuese la primera venta del día y a un precio más elevado que el del resto de su genero.