Competir para ganar
Somos una consultoría especializada en servicios integrales de marketing con el objetivo de incrementar la competitividad de nuestros clientes y crear valor en sus actividades mercadológicas.
Somos una consultoría especializada en servicios integrales de marketing con el objetivo de incrementar la competitividad de nuestros clientes y crear valor en sus actividades mercadológicas.
«Nuestra misión es aportar valor, profesionalidad, saber hacer y hacer hacer para que su empresa gane competitividad.»
Los profesionales de ANDA llevamos mucho camino recorrido, con la ilusión puesta en seguir cubriendo nuevas metas en beneficio exclusivo de nuestro clientes. Nuestra trayectoria empresarial está avalada por la experiencia adquirida trabajando en múltiples y variados proyectos con empresas de los sectores de actividad siguientes:
El consumidor se mueve por cuatro motivaciones básicas: para ser feliz, por amor, para distinguirse y para poder sobrevivir.
Los consumidores tienen voz y cada vez hablan más alto y claro, sus decisiones de compra dictan el futuro del mercado.
Entre los rasgos que definen al consumidor de hoy en día, están el que ahora es más culto y está mucho mejor informado.
Para el ser humano una necesidad es el sentimiento de carencia de algo que genera un deseo para satisfacerla
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Cada vez se sabe más de cómo funciona la mente humana y que muchas de las pautas de nuestro comportamiento cuando consumimos están directamente relacionadas con el proceso evolutivo del ser humano y la adaptación de nuestras emociones primarias a cada momento que nos toca vivir.El consumidor se moviliza alrededor de cuatro motivaciones básicas: para ser feliz, por amor, para distinguirse y para sobrevivir, partir de ellas sus deseos pueden ser infinitos. Mientras el desarrollo social y económico evolucionan, la raíz de nuestras emociones permanece, nuestro cerebro no ha cambiado en millones de años.Tenemos una necesidad innata de consumir y de buscar permanente nuevos bienes que nos satisfagan, pero el éxtasis no llega con la compra sino con el inicio de una nueva búsqueda. Este comportamiento de indagación permanente se produce de forma inconsciente en la mente del consumidor, lo que importa no es lo que tengo sino lo que deseo, lo que me queda por conseguir.
Para satisfacer de diferentes maneras este gran abanico de deseos, el mercado actual ofrece una gran variedad de productos y servicios adaptados a cada segmento de consumidores, con los atributos y la categoría de precio que mejor se identifican con sus diferentes estilos de vida.
Pero esto no es suficiente, nuestra capacidad de adaptación a la novedad eleva constantemente las expectativas y a pesar de los grandes avances sociales y económicos logrados en las últimas décadas, muchos consumidores se sienten frustrados y faltos de poder. No son unos inadaptados son humanos.
Los consumidores tienen voz y cada vez hablan más alto y claro. Con su elección de compra dictan sus preferencias y parecer, consumidores que ya van por delante porque han aprendido del conocimiento que tienen de las marcas y de las experiencias vividas en sus actos de compra y consumo. Consumidores sostenibles, éticos, comprometidos, responsables y empáticos. Consumidores implicados con el futuro del planeta que con sus estilos de vida luchan contra el cambio climático.
Consumidores llenos de emociones que están marcando las nuevas tendencias de consumo.
Entre los rasgos que definen al consumidor de hoy en día, están el que es más culto y está mejor informado. Pero no podemos generalizar el hecho de que el consumidor actual sea más culto, al contrario, una parte importante de las nuevas generaciones no son más cultas que sus predecesoras a pesar de vivir en un entorno más abierto, con mayor acceso a la educación y cosmopolita.
El desprecio al pasado por desconocimiento, la ausencia de valores y la falta de compromiso está generando una tipología de ciudadanos de carácter infantil y voluble con pocos fundamentos a los que agarrarse. El consumo más que nunca es un acto simbólico, el valor aparente es lo que importa, la personalidad de las marcas sustituye las identidades personales. Por otro lado, el consumidor puede estar más informado, pero a la vez está más confuso por el exceso de información a la que tiene acceso. Por ejemplo, en un año se emiten en los diferentes canales de televisión de nuestro país más de dos millones y medio de pases publicitarios. A través de Internet disponemos de trillones de bits de información de acceso inmediato. Las redes sociales nos machacan con lo uno y lo contrario. Muy poca de toda la información a la que estamos expuestos permanece en el cerebro. Este exceso de información se convierte en ruido, redundancia y banalidad. Cada vez se fija más la atención en las fuentes que dicen lo que queremos escuchar, nos encerramos en nuestras propias creencias.
Con este grado de saturación de mensajes es muy complejo destacar los valores diferenciales de una marca o un producto si estos no tienen una personalidad única que los distinga. La confusión entre las imágenes de marca de productos de un mismo segmento de consumo es cada vez más patente y las apreciaciones de los consumidores sobre los atributos de los productos son más banales. ¿Cultos e informados? Dejémonos de generalidades y trabajemos con un profundo conocimiento de nuestro público objetivo.
Cubrir necesidades está en el origen de la razón de ser de los productos o los servicios. Para el ser humano una necesidad es el sentimiento de carencia de algo que genera un deseo para satisfacerla. Se es consciente de una necesidad cuando se auto reconoce o es disparada por un estímulo externo. La necesidad existe en la mente de cada uno. El nacimiento de una necesidad puede tener su origen en función del estrato social al que se pertenece y las interacciones e influencias personales, sociales y culturales que se realizan dentro del entorno vivencial. Los cambios en los estadios de vida también son fuente importante de nuevas necesidades cuando cambian nuestro rol personal, familiar y profesional. A la hora de satisfacer una necesidad con tu producto o servicio es clave atacar la motivación que la necesidad.
Las necesidades son genéricas y las motivaciones son especificas de cada persona. La motivación o móvil es lo que mueve la conducta. Dos personas con una misma necesidad pueden tener dos móviles muy diferentes para satisfacerla, en consecuencia, la elección del producto o servicio vendrá determinado por el móvil especifico no por la necesidad. Por ejemplo, dos personas pueden querer un patinete eléctrico para desplazarse por la ciudad, a una la motiva comprárselo para parecerse a sus compañeros de trabajo, ya que la mayoría cada mañana se presenta en la empresa en patinete y con una mochila al hombro, y la otra, porque piensa que tendrá más libertad de horario y puede ahorrar en trasporte público. La primera tendrá como referencia los patinetes que ve cada mañana en el aparcamiento de su empresa y querrá que su estatus quede reflejado en su elección de compra. La segunda buscará, posiblemente, por internet comparativas de precios y prestaciones de diferentes patinetes y haré una elección más practica.
La necesidad principal la cubren todos los productos o servicios de una misma categoría, es a través de la segmentación de nuestro publico objetivo cuando buscamos posicionarnos sobre una motivación muy concreta. No vendemos a perfiles estereotipados de clientes, vendemos a personas con sus propios móviles para cubrir sus aspiraciones. A la vez, también es verdad que las tendencias de consumo y los estilos de vida estereotipan los compartimientos de compra entre grupos afines de consumidores. La motivación del consumidor fluctúa entre su yo individual y su yo social. Solo a través de la venta personal podemos conocer los verdaderos móviles de cada comprador.
Al leerlo de nuevo el poema Los Justos de Jorge Luis Borges me he detenido en la línea “El que descubre con placer una etimología” y mi recuerdo, tal magdalena de Proust, me ha llevo al banco del Campo Grande, refugio de mis lecturas adolescentes, entre la espesa hojarasca y el declamado canto de los pavos reales.
En mi banco, siempre escogía el mismo, leí “Oráculo manual y arte de la prudencia” de Baltasar Gracián, era para un trabajo de clase sobre el significado de algunos aforismos y palabras señaladas por el profesor.
Repasándolo de nuevo me ha sorprendido su plena vigencia para los tiempos que corren, se publico en 1647 en Huesca, te invito a compartir algunos aforismos que vienen a cuento sobre la conducta y el valor ético aplicado a nuestra profesión de consultores.
He respetado el número de cada aforismo seleccionado por si quieres profundizar más acudiendo al libro.
Cada cual que saque las enseñanzas convenientes.
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